5 jul 2012

Decirle que no al amor.

Cuando estás abierto a querer y tenes ganas de hacerlo no podés decir que no. No se puede.
Pero el problema no aparece cuando querés querer y ser querido, cuando tenés ganas de que así sea. El problema surge cuando no tenés ganas de querer. Porque para mi, por ahora, en esta etapa de mi vida en la que soy una borrega//pendeja, el amor, el amor es muy egoísta. El amor hace sufrir. Quieras o no, queriendo sufrís. Es que aunque la adolescencia sea la mejor etapa de la vida según los que ya la atravesaron, es muy difícil. Es cuando empezás a descubrir el mundo y todo lo que el mundo tiene para vos. Entre esas cosas el amor. El amor me parece algo demasiado efímero como para lastimar tanto. Es increíble lo mucho que te puede lastimar alguien sólo por el hecho de que lo querés, ¿no? Y ese amor, cuando se termina (habitualmente sólo de una parte, la otra sigue locamente encariñada) se te vuelve en contra.
Por esa razón yo, ahora, no estoy abierta a querer. Eso no quiere decir que no quiera, obviamente, o sea, es algo que uno no controla... supongo... Pero no entiendo esas chicas que están en una relación que parece de casados a los 13, 14 años. O sea, si, es súper tierno, y no voy a negar que si surge quizás yo también lo haría, y si no lo hice fue porque no se dio, pero no sé. Cuando lo pienso en frío, tratando de analizarlo y sin el pensamiento de 'Aw, super tierno'... mi forma de pensar cambia totalmente. Es decir, no sé. Es tan complicado todo. Ves, ya ni sé cómo explicarlo.
Detesto los pibes chamuyeros. Pero o sea, esos chamuyeros que la SABEN hacer. Y bien. Esos que son encantadores y nos derriten a todas y cada una de las que se proponen. Es que, la hacen muy bien. Como diría el Potro, 'con chamuyos elegantes le pintó el mundo al revés'. Es que, para mi, son los hombres que mejor nos conocen a las mujeres (de ahí a que lo entiendan y/o les importe...). Saben qué nos gusta, qué nos molesta, que tienen que hacer para conquistarnos, cómo deshacerse de nosotras si ya los cansamos... como hacer para que los perdonemos si se mandan alguna, y todo lo que te imagines. En síntesis, son expertos en la materia 'mujeres'. 
Y los detesto. Los aborrezco. 

2 jul 2012

Nuevos horizontes.

Estoy escuchando varias cosas nuevas que me están abriendo mucho la cabeza y me están ayudando con mis problemas, tanto los serios como los boludos. La verdad si te pones a ver, escuchar e investigar sobre artistas nuevos te encontras con material muy bueno.
Es bueno hacerlo a veces. O sea, no digo cambiar totalmente mis gustos, porque una cosa no reemplaza a la otra. Ponele, nunca voy a dejar de amar a Bob y a Lennon, siempre voy a estar enamorada de Sabina, entre otros. Son irreemplazables, para mi por lo menos. Pero escuchar nuevas voces, nuevos pensamientos, nuevas ideas, nuevos estilos, la verdad está muy bueno. Te abre la mente. Creo que no hay mejor forma de abrirse la mente y poder estar mas abierto al mundo actual que con arte, y mi forma de arte preferida sin dudas es la música. Soy una persona demasiado musical. Sin música mi vida sería totalmente distinta, es decir... no sé, todos los momentos los asocio con música, la mayoría (si no es que todos) de momentos hermosos e inolvidables que recuerdo están, de alguna forma, involucrados con la música.
Hay cosas que nunca en mi vida me voy a olvidar. La que inspiró esta entrada fue una que ocurrió el último día que fui a Comedia. Mis amigas, ya sabían todas que dejaba. Y me acuerdo que una compañera cantó 'My heart will go on', y la bombona de Luz se me puso a llorar. Y yo la abrazaba, y juro que no sabía que hacer, porque yo también lloraba, y pensaba en que la iba a extrañar, a una de las mejores amigas que tuve nunca. Le decía que las iba a ir a visitar (cosa que todavía no hice, siento que no estoy cumpliendo y eso me destroza), que no llorara, que nos íbamos a seguir viendo, que siempre íbamos a ser amigas, aunque yo dejara comedia. Y ella me dijo, muy sería, con los ojos llenos de lágrimas y los cachetes mojados 'Pero vení. Porque todas prometen que van a venir, y nunca vienen' y ahí se puso a llorar peor. Y yo no sé, la amo tanto. Es como una hermanita. Tiene mi edad, pero juro que la veo tan chiquita y vulnerable, es una de esas personas a las que siento que tengo que cuidar, proteger, con todo lo que soy. La extraño tanto. 

A Buenos Aires, a la melancolia, a los intentos frustrados de amor, al recuerdo y al olvido, con el respeto que no me merece.