Mis relaciones afectivas siempre fueron así: difíciles de concretar (y hasta imposibles) y dotadas de una obsesión incandescente. Una obsesión que me consume, que me mata, que me hiere y que aún así defiendo.
8 nov 2011
No puedo estar en silencio. Odio el silencio. Si estoy sola en mi cuarto tengo que estar escuchando música, o con la tv prendida, aunque no le esté dando bola. Siento que son una compañía. Odio sentirme sola-
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