Me gustaría haber frenado el tiempo en uno de esos besos. Seguir con vos. Que me siguieras queriendo. Pero no. Ni lo detuve, ni tenía la opción de detenerlo. Creeme, si en ese entonces hubiera tenido la posibilidad de detenerlo y hubiera sido consciente de como se iban a dar las cosas, LO HUBIERA DETENIDO.
Mis relaciones afectivas siempre fueron así: difíciles de concretar (y hasta imposibles) y dotadas de una obsesión incandescente. Una obsesión que me consume, que me mata, que me hiere y que aún así defiendo.
9 dic 2010
Bésame, frena el tiempo.-
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario