Mis relaciones afectivas siempre fueron así: difíciles de concretar (y hasta imposibles) y dotadas de una obsesión incandescente. Una obsesión que me consume, que me mata, que me hiere y que aún así defiendo.
2 jul 2012
Hay cosas que nunca en mi vida me voy a olvidar. La que inspiró esta entrada fue una que ocurrió el último día que fui a Comedia. Mis amigas, ya sabían todas que dejaba. Y me acuerdo que una compañera cantó 'My heart will go on', y la bombona de Luz se me puso a llorar. Y yo la abrazaba, y juro que no sabía que hacer, porque yo también lloraba, y pensaba en que la iba a extrañar, a una de las mejores amigas que tuve nunca. Le decía que las iba a ir a visitar (cosa que todavía no hice, siento que no estoy cumpliendo y eso me destroza), que no llorara, que nos íbamos a seguir viendo, que siempre íbamos a ser amigas, aunque yo dejara comedia. Y ella me dijo, muy sería, con los ojos llenos de lágrimas y los cachetes mojados 'Pero vení. Porque todas prometen que van a venir, y nunca vienen' y ahí se puso a llorar peor. Y yo no sé, la amo tanto. Es como una hermanita. Tiene mi edad, pero juro que la veo tan chiquita y vulnerable, es una de esas personas a las que siento que tengo que cuidar, proteger, con todo lo que soy. La extraño tanto.
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