Mis relaciones afectivas siempre fueron así: difíciles de concretar (y hasta imposibles) y dotadas de una obsesión incandescente. Una obsesión que me consume, que me mata, que me hiere y que aún así defiendo.
2 jul 2012
A Buenos Aires, a la melancolia, a los intentos frustrados de amor, al recuerdo y al olvido, con el respeto que no me merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario